El Palacio de Carlos V sorprende en la Alhambra por su arquitectura renacentista. Descubre su historia, su peculiar patio circular y qué ver en su interior.
El Palacio de Carlos V es la gran irrupción renacentista en la Alhambra. Construido en el siglo XVI para simbolizar el poder imperial, contrasta con la delicadeza nazarí de los palacios vecinos y se ha convertido en un icono arquitectónico por su patio circular.
Origen y construcción
La obra comenzó en 1527 bajo el reinado de Carlos V, quien quiso establecer aquí su residencia imperial tras la conquista de Granada. El proyecto fue diseñado por Pedro Machuca, arquitecto formado en Italia, y se prolongó durante siglos, quedando inacabado hasta el XIX.
Arquitectura y estilo renacentista
El edificio destaca por su planta cuadrada de 63 metros de lado y una fachada con órdenes clásicos superpuestos. Sus muros, de piedra almohadillada, contrastan radicalmente con las yeserías y mocárabes de los palacios nazaríes.
El sorprendente patio circular
El interior guarda un patio circular único en la arquitectura renacentista española. Rodeado de columnas dóricas y jónicas en dos niveles, ha servido como escenario teatral y es uno de los espacios más fotogénicos de la Alhambra.
Usos actuales: museos y exposiciones
Hoy el palacio alberga el Museo de la Alhambra (planta baja) y el Museo de Bellas Artes de Granada (planta alta), con colecciones que abarcan desde la época islámica hasta el barroco granadino.
Consejos para la visita
- Entrada: está dentro del recinto de la Alhambra, incluido en el ticket general.
- Fotografía: el patio circular es espectacular al mediodía, cuando la luz cae perpendicular.
- Tiempo estimado: dedica al menos 30–40 min para recorrerlo.
- Complemento: combínalo con los Palacios Nazaríes y el Generalife para una visión completa.
Visitar el Palacio de Carlos V es descubrir cómo el Renacimiento quiso dialogar —y competir— con la tradición islámica de la Alhambra.